Cuando viajamos o recorremos las ciudades, vemos el mundo desde un punto de vista humano, a la altura de nuestros ojos. Pero si miramos hacia arriba y nos detenemos a mirar sus cielos, descubrimos que ese azul, se torna de muchas tonalidades y a veces se convierten en un referente de cada una de ellas. Otro aspecto en la que el cielo hace referencia a una ciudad es su panorama urbano o skyline, palabra del inglés, que traduce, “línea de ciudad”. La podemos definir como la silueta de los edificios más representativos y generalmente los más altos. Es también ese horizonte artificial que se convierten como en una especie de huella digital de las ciudades, ya que todas son distintas.
Y su cielo azul intenso, casi azul oscuro en invierno, pero lleno de luz. Tiene rincones, diversidad, contraste y animación.
El cielo gris por la ausencia de sol.
La ciudad grande, educada y respetuosa. Si llegas en primavera, te sorprenderá el contraste entre su cielo y la flor del cerezo, tan admirada porque es una metáfora de la vida, bella pero efímera. Si su cielo está despejado, puedes ver hasta el monte Fuji.
Una ciudad mutante y su cielo igual, de extremos.
Donde miras a través del cielo.
La línea de ciudad más reconocida del mundo.
Un cielo que se ha perdido, pero lo perdido, se puede recuperar.
«Los materiales del planeamiento de la ciudad son: cielo, espacio, árboles, acero y cemento.
En ese orden y en esa jerarquía»
Escrito por:
Marta Roldán
SUBGERENTE DISEÑO DE PROYECTO